Los autores más habituales son familiares,
las víctimas se ven presionadas a guardar silencio.
La sociedad culpa a las niñas.
En muchos casos, la violencia sexual sólo sale a la luz cuando las niñas descubren estar embarazadas.
Hace dos años, Nicaragua tipificó como delito todas las formas de aborto obligando a las niñas a continuar con un embarazo consecuencia de una violación.
Las víctimas están demasiado asustadas para hablar y, si se deciden a denunciar, se enfrentan a enormes obstáculos y a un trato inadecuado por parte de policías, fiscales y jueces.
Los fallos y la falta de recursos del sistema de justicia nicaragüense hacen que, a menudo, los agresores queden libres.
El gobierno nicaragüense tiene la obligación de prevenir la violencia
sexual contra las niñas en Nicaragua, de proteger a las sobrevivientes y
de garantizar que tienen acceso a la justicia y a la reparación. amnesty.org
Un informe de Amnistía Internacional, titulado:
‘escucha sus voces y actúa, no más violación y violencia sexual
contra niñas en Nicaragua’
Revela cómo en el país las niñas se enfrentan a enormes obstáculos para denunciar la violencia sexual y, por ello, la gran mayoría sigue sufriendo en silencio. El informe se basa en entrevistas llevadas a cabo por Amnistía Internacional en Nicaragua durante 2008, 2009 y 2010. Entre las más de 130 personas entrevistadas había 35 niñas y jóvenes de entre 10 y 20 años que habían sido violadas, un niño de 7 años también violado, y 10 madres de sobrevivientes de violación.
Nicaragua es un país que se considera una República democrática, participativa y representativa...
¿y esto, te interesa?...